Sueño de una noche de invierno
Tuve un sueño, un sueño largo, continuado y bueno. Un sueño diferente. Yo era yo y yo era la cámara. Un sueño parecido más a una película, donde además no conocía a nadie. Empezaba en un departamento en Nueva York, algunos mochileros estábamos por alojarnos ahí, ámplios estantes de libros, yo platicaba con quien nos iba a hospedar, intentaba decirme cómo se pronunciaba una palabra; yo decía RESTEM, él repetía ROSTEM (imagino que era su nombre), ignoro qué quería decir. El resto dejaba sus mochilas sobre las camas. La comitiva de viajeros nos enfilamos entonces hacia alguna universidad de NY, los pasillos semejaban más escaleras metálicas y lonas ajustadas (amarillo con azul como de feria) pegadas a muchas puertas. Una gran cantidad de personas nos movíamos, alguien en la bola (de mucha gente apretada que avanzaba) comenzó a corear mi nombre como esperando que yo hiciera algo, a quien iba tras de mi le pedí que me diera unos naipes para hacer un truco de mágia. Subiendo la escalera giré...